Almacenamiento de energía fotovoltaica

Almacenamiento energía fotovoltaica
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Una instalación de placas solares permite obtener energía del sol, una fuente renovable. Sin embargo, también te hace dependiente de las horas de luz que haya en el día, así como de la intensidad de la radiación solar y otras inclemencias del tiempo. Para solucionarlo, están los sistemas de almacenamiento de energía fotovoltaica, ayudándote a guardar electricidad para usarse después.

Con este sistema, puedes utilizar lo que generan tus placas todo el día, incluso por la noche, cuando no hay sol. Existen diferentes métodos para almacenar la energía, así que vamos a tratarlos todos, no solo las clásicas baterías que todos conocemos, sino otros métodos más innovadores. Además, te diremos cual es el mejor.

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Si estás pensando en poner paneles, también te aconsejamos poner acumuladores. Mucha gente que tenía placas se quedó sin luz en el apagón, algo fácil de solucionar con baterías de calidad, que almacenen la electricidad y te den una mayor independencia de la red eléctrica.

En Solaro, nos adaptamos a tus necesidades y te ayudamos a crear tu sistema de almacenamiento de energía perfecto. Nos ocupamos de todo, desde los paneles hasta los inversores, pasando por baterías, instalación e incluso hacer todo el papeleo que sea necesario y ayudarte con las subvenciones. Contacta con nosotros y solicita más información sin compromiso. ¡Te esperamos!

¿Cómo se puede almacenar la energía solar fotovoltaica?

El sistema de placas solares capta la energía térmica del sol a través de las placas, convirtiéndose en electricidad. Generalmente, esta se vierte directamente a la red, utilizándola para el consumo o vendiendo excedentes a la red eléctrica. Si no quieres verter excedentes ni quedarte sin luz, debes aprender a almacenar la energía solar.

Existen varios sistemas para hacerlo, siendo el más común el de las baterías, pero no el único. Vamos a ver los cuatro existentes a día de hoy.

Baterías

El método más habitual y más conocido es el de las baterías solares, siendo el que se usa casi siempre. El principio es similar a las presentes en tu teléfono o portátil, pero generalmente de un tamaño y voltaje superior para poder alimentar la corriente de la casa.

Dentro de este sistema acumulador hay varios tipos, como las de plomo, AGM, de gel o de litio; viniendo en formato monoblock o estacionario. Este último es el más utilizado porque dura mucho, no tiene apenas mantenimiento y la más resistente a las descargas completas, aunque también es el sistema más caro. Por ello, otros prefieren AGM o gel.

Almacenamiento de energía solar térmica

Aunque no sea almacenamiento de energía solar fotovoltaica como tal, si que puede ser una buena forma de almacenar electricidad. En este caso, la energía solar térmica pasa directamente a un fluido, calentándolo. Aunque suele usarse más como un sistema de calefacción y de ACS, también puede usarse para obtener electricidad.

El sistema es similar al de una central térmica. Si se logra mantener la temperatura en un tanque adecuado, se puede usar después para generar vapor, hacer girar una turbina y obtener electricidad. Eso sí, no es lo más eficiente y por eso, no se usa mucho para generar energía eléctrica. Para lo que sí se usa es para la calefacción y ACS.

Hidrógeno

El hidrógeno es un sistema de almacenamiento de energía solar fotovoltaica muy vanguardista. Mediante la electrólisis del agua, se convierte la electricidad en hidrógeno, el cual se almacena en tanques, generando electricidad con él con una pila de combustible similar a la de los coches movidos por él.

Si bien está en fase experimental y es muy caro, se espera que sea el futuro, especialmente en sistemas a gran escala como granjas solares, comunidades de vecinos, casas con mucho consumo y coche eléctrico o autoconsumo compartido para empresas.

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Baterías virtuales

En este caso, no estás almacenamiento la energía como tal, sino que la estás vertiendo a la red eléctrica. Eso sí, en vez de perderla o compensar con excedentes, la compañía te la guarda para usar después, como si fuera una batería virtual que puedes gastar en épocas de mal tiempo. Es como si la compañía te estuviera comprando la energía y vendiéndotela más adelante.

La principal ventaja es que no necesitas baterías físicas y podrás aprovechar la energía por la noche, en invierno y cuando haga mal tiempo. Eso sí, el lado malo es que necesitas activar esta tarifa, además de la compensación de excedentes. Además, las compañías suelen comprarte la energía a un precio menor a la que te la venden y obviamente, es incompatible con las instalaciones aisladas de red.

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Almacenamiento energía fotovoltaica

Preguntas frecuentes

Si tienes más dudas, no te preocupes. Aquí tienes una FAQS que te ayudarán a resolverlas.

¿Cuál es la mejor manera de almacenar energía solar?

A día de hoy, el mejor sistema conocido es la batería de ion litio. Aunque sea el acumulador más caro dentro de su tipo, son las más eficientes, tienen una gran vida útil y almacenan gran cantidad de energía, liberándose cuando haga falta. Son costosas, pero el ahorro a largo plazo merece la pena. Eso sí, en aplicaciones a gran escala, el hidrógeno se plantea como una gran opción de cara al futuro.

Por otro lado, si no cuentas con baterías físicas o no quieres gastar tanto dinero, las baterías virtuales son una gran opción. Aunque técnicamente no estás guardando la electricidad, sino haciendo un trato con la compañía, si consigues una buena oferta puede ser como tener tus propias baterías en casa.

¿El almacenamiento de energía fotovoltaica es caro?

Si lo comparamos con otros elementos de la instalación como las placas y los inversores, sí, es la parte más cara de la energía solar. Un acumulador cuesta entre 150 y 2000 euros dependiendo de la capacidad, materiales y voltaje, pudiendo encarecer mucho el precio.

Eso sí, el coste se va abaratando con los años, volviéndose cada vez más eficiente. Por otro lado, los fondos europeos y las bonificaciones fiscales permiten obtener un coste final más atractivo, haciendo de las baterías algo más rentable a corto y largo plazo.

¿Cuánto tiempo se puede almacenar la energía solar?

Todo depende de la calidad de la batería, de la pérdida en la transferencia de energía y de las fugas en el almacenamiento y liberación. De este modo, la capacidad de la batería irá bajando a medida que pase el tiempo.

Si se deja la energía almacenada, esta puede mantener la carga entre 1 y 5 días, comenzando a bajar progresivamente a partir de ahí, descargándose del todo en pocos días. Por este motivo, lo óptimo es utilizar la carga de la batería de manera frecuente y volver a llenarla en cuanto sea posible. Lo más común es rellenar por la mañana y gastar capacidad por la noche, cuando no hay sol.

Además, ten en cuenta que el correcto almacenamiento del sistema ayudará a que no pierda tanta carga. Por ello, debes almacenarlas en lugares frescos, secos, ventilados y resguardados de la lluvia, nieve y sol directo.